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La Maja Desnuda

Ahí estás sentada junto a mí, vemos las luces pasar,
Pienso, luego te veo, te beso y te comienzo a amar,
Aquella mirada tierna, dulce y sincera busco sin cesar,
El sabor es de un manjar, son tus labios que voy a besar.

Más miradas, pestañeos, respiraciones y susurros,
Oigo el motor de mi cansado corazón, hay suspiros,
Te abrazo y no dejo ir, estás ahí junto, nos besamos.
Claros y oscuros, vivimos en las sombras, abrazos.

Muero y revivo al contemplarte, te amo, bien lo sabes,
De tu lado no me quiero ir nunca, ¿quieres mis flores?,
Tomadlas que son vuestras como muestra de mis pasiones,
Tú eres mi pasión, necesito beber una ración de tu desnudez.

He escapado del cautiverio dónde me encontraba,
Caminé demasiado, buscándote toda la vida yo estaba,
Cuándo te sentí respirar pude saber cuánto te amaba,
Ahora te puedo decir que esta que es mi vida esta entregada.

Goyette Dos Gallos

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Sintiendo Frío

Estando Lejos de aquellas temperaturas siento más frío que antes,
Los grados bajaban y soplaba el viento congelando mis ideas,
Teniendo sueños me calentaba la mente, lo lograba era feliz, creo,
Caminando entre lo blanco y lo sucio ahí estaba cubriendo mi nariz.

Pasaban los días y mi corazón cálido e idealista se cubría de frío,
Nunca me congele, había fuego de mi tierra que derretía todo,
Seguía andando con aquellas personas buscando algo mejor,
El calor venía de nuestras patrias, nuestra cultura y del amor.

Aún hace frío pero ya no estoy en aquella tierra latina fría,
Estoy en esta otra tierra latina templada pero aún no hace calor,
Las personas del calor ya no están más, se algo de ellos pero no más,
Habrá que tener que calentar más al corazón, darle algo de sazón.

Ya conocía mi soledad, la amaba, vivía con ella, era mía, éramos uno,
Se ha marchado, ya no tengo a mi soledad, es difícil, era costumbre,
Era toda una vida, todo lo que conocía, quizá no vuelva jamás,
Estará sola recorriendo caminos y llorando, ya se ha marchado.

Goyette Dos Gallos

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Sangrando lejos

El va ahí solo sangrando,
Le puedo observar fumando,
Nos hablamos en francés
Primero y luego en Inglés.

El dolor y el hambre no tienen
Patria, caminas al lado del polvo,
Es parte del camino.

Buscamos un rayo de luz,
Y lo que encontramos
Es una cruz.

Somos odiados, discriminados,
Siempre por rascistas, policías,
Y cerdos fascistas.

Todo se muere,
Se esfuma, hoy miseria, odio
Y discriminación.

Él del Congo y yo mestizo,
Compartimos un momento,
Piedras frías de Berna,
Corazones cálidos de un mundo
Que no existe.

La sangre es roja,
El latido sólo uno,
Nuestra tristeza la
Misma.



Goyette Dos Gallos

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Tierra

Tierra gris y desolada,
Triste, cansada y violada,
No mueras ahora,
Háblales a los muertos,
Tus hijos ingratos te venden.

Tú nos has dado la vida
Y tus frutos, y lo único
Que hay son hurtos.

Siempre regresamos a ti,
Tú nos nutres y nosotros,
A ti tierra mía, te beso
Y me quedo.



Goyette Dos Gallos

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Parc Lafontaine


Llegado el momento dejé de salir,
Viví su calor y el cobijo del amor,
Ahora sabía que ya no podía huir,
Tendría que aguantar mi mal humor.

Te caminé, todo tu sendero conocí,
Me recibías casi diario en tu seno,
El recuerdo tan lindo casi obsceno,
Tierno y majestuoso, soñé y escribí.

Ahora fríos están los gigantes, que horror,
Tenía una última ilusión de ti, amar,
Se fue el verde, el rojo y el color,
Ya no te recorro, solo te puedo imaginar.

Goyette Dos Gallos

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Caminando

Caminando por aquellas viejas calles de Interlaken
De piedra triste y gris fue que encontré refugio con él,
Turco era el posadero quién me brindó aquella cerveza,
Helada y amarga logro levantarme, pague algunos francos.

Seguí andando hasta llegar a la plaza, respiré y lloré
de ver tan limpio el cielo, tan fácil el aire y tanto dolor,
Solté la pena dejando caer su pañuelo muestra de amor,
Lo dejé ahí para siempre, herido limpié la lágrima y sangre.

Sentado en el sendero de Asís lo volví a sentir, escribí
y le di la espalda, lo recorrí ahora con más esfuerzo,
Arriba se alza la razón de estar ahí, perdido fuera de mí,
Tirado escuché como el agua caía tocando un canto glorioso.

Goyette Dos Gallos

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Invasión corazón

Fui presa de una invasión a mi corazón,
Me acerqué a ti, tus ojos me llamaron y así,
De pronto te busqué sin ninguna razón,
Te soñé a diario desde ese día mi amor.

Una institución nos acercó más y más,
Supe que mi destino estaba ligado al tuyo,
Tu mano me sorprendió con gran nerviosismo,
Eso provocó un sismo en la tierra de mis sentimientos.

Cada momento que pasaba era de incertidumbre,
El miedo era una constante en esos días,
Conquistarte era como subir la más alta cumbre,
Debía escalarla por muy grises que fuesen los días.

Un día vencí toda barrera y te descubrí mi alma,
Espere una respuesta que tuvo que esperar,
Moría de emoción y frustración, necesitaba la calma,
Todo cambio con tu respuesta y ahora tengo a quién amar.


Goyette Dos Gallos

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Buscando al aire.


Por senderos empinados hay caminatas en busca del monumento,
Llegada sin peligro y localización de las masas reunidas,
Pronta comunicación con las almas, que vagan sobre las piedras,
Reconocimiento del dolor y de la necesidad del afecto perdido.

Mefisto presente con una nueva bandera y con un diablillo menor a su lado,
Tormento de los que luchan, vergüenza de los que lo conocen,
Manifestado estuvo ante las plebes, pero como autoridad no reconocen,
Felonía siempre presente búsqueda del ideal perdido, terrible mono alado.

Hermosas figuras decorando un teatro de nombre tan bastardo como mi provincia,
Ya degenerada, usurpada y además mutilada por una pequeña facción,
Seguimos en el sendero tan tortuoso gracias a la idea de la acción,
Cansado se llega a pensar en la importancia de la lucha que me envicia.

Momentos fugaces de entendimiento soportan hasta el frío más cruento,
¿Pero como decirle al aire que no se vaya? Si, que es necesario para mi vida,
Tendría pues la valentía de buscar conquistar al aire, así fue en verdad la ida,
La sangre sigue fluyendo buscando por dónde escapar, pareciera que solo ha sido un cuento.

Goyette Dos Gallos

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Aisha

Siempre ahí sentada viendo la lluvia caer,
Nostálgica por tu nación y el viejo querer,
Sabes que pronto no habrá porque creer,
Acéptame Aisha, buscaré como crecer.

No aceptas credo ninguno ni hombre bueno,
Ten en cuenta que pronto te irás y no volverás,
Vamos a conocernos hasta que nos derramemos,
Tú primero en mí y luego yo en ti, amémonos.

Yo soy prohibido para ti, aunque me desees,
Ya nos suspires por mí, quieres un beso mío,
Aisha, soy tuyo, pero no lo sabes habibi,
Moriré siendo tu amante, mi amor eterno.

Goyette Dos Gallos


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Cansado de mentir

Voy por el sendero que es el único que conozco,
Aunque el barro que lo rodea le opaca lo hermoso,
Triste ando por aquel camino, pero es que no hay otro,
Lo vuelvo a recorrer porque no soy más que un simple mozo.

Creo que es tiempo de pensar sobre este camino y guardar reposo,
En un instante mi corazón ha empezado a llorar falto de apoyo,
Regreso la vista del lugar dónde vengo, todo está gris y lóbrego,
Fatal sería regresar pero aún peor sería morir ahí sin velorio.

Duele en el alma su presencia que es la esencia de lo que huyó,
No bastará la eternidad para acabar con su recuerdo macabro,
Pronto te irás de mi ser, eso será en mil años, en un solo juego,
Abandona a la eternidad, porque condenada estarás al fuego eterno.

Goyette Dos Gallos

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La casa del odio

Su caminar era lento como quién no quiere llegar nunca a su final,
Tocó a la trágica puerta vencida por aquella humedad maligna,
Apareció aquel viejo quién lo azotaba cuándo conocía su cuerpo.
Frágil ya no era, criado por la intolerancia y el odio era su herencia.

Mientras penetraba a aquella figura octagenaria podía sentir como llegaba,
Aquél olor era de un agradable amigo cómplice del gato de nueve colas,
Como iba reconociendo aquellos aparatos sentía que la sangre se le terminaba
Permaneció aún en pie, buscó dónde sentarse hasta reponerse de las nauseas.

Se escucha un gemido en un cuarto, un fuetazo en otro y la llegada o,
La venida de Salvador al final del pasillo, sabía que ya no era el orfanato,
Lo sabía porque ya no se percibía el dolor sino el placer en el ambiente,
Sería así que se transportaría a un delirio tremendamente inenarrable.

Pronto despejo aquellos recuerdos, renació dónde murió alguna vez,
Quizá encontraría por fin la paz dónde fue golpeado por no querer rezar,
Tenía una fe diferente, una fe que ya nunca más sería masturbada ahí,
Dejando a los viejos atrás y a su fe muerta, solitario abandono la casona.

Goyette Dos Gallos.

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Sueño nocturno

Eres el deseo que nace del sueño nocturno,
Inconforme a tu naturaleza salvaje y desorientada,
Conoces el hambre que tengo de ti que es el oscuro placer,
De venas negras que llevan al inevitable final de sus pechos.

Ahogado en medio del mar de su sangre levanta su voz,
Acallado por el golpe de sus intestinos y saturado de sal,
Regresa con paso bestial buscando el descanso de sus piernas,
Llevado hasta el límite de su fluido vital se drena en un instante.

Su cuerpo yace a un lado del camino, es la hora del perdón,
Ya es la hora del adiós, se pierde en el campo de batalla,
Sabe que perderá, y que su cuerpo será irreconocible,
Pero sigue ahí, dado a la locura de esa rebeldía innata.

Su amor que vive durante las primeras horas del nuevo día,
Paciente y tranquilo a su destino que lo mantiene tan alejado,
Tan escondido, tan ignoto de aquella hermosa criatura del oriente,
Así sigue soñando y despertando por no poder estar con ella.


Goyette Dos Gallos.

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Libro del cincuenta

Búscame una razón para la existencia de mis labios,
Siento que es inevitable su roce con el asfalto,
Acostumbrados al sabor que da el vinagre,
Hazlo y pronto, porque se tornan morados.

Te espero ya que estoy harto de caminar,
Perturbado por tu mirada no puedo más que meditar,
¿Quietud? No la hay, ¿soledad? Tal vez.
¿Amargura? Seguramente no.

Agazapado tras el brandy incondicional de sus muslos,
Con vuelta a las victorias de antaño, memoria perdida,
Destino conocido y tormentoso de aquellas plazuelas inmundas,
Harto de las flores y de su belleza busco quién las supla.

Ratos de espera y desesperación, subida inclinada de una pasión,
Espinas que entran hondo en su pensamiento y suprimen el amor,
¿Entrega? Todo y nada, ¿Generación? La tuya.
Libro del cincuenta olvidado y revendido al peor postor.

Goyette Dos Gallos.

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Mi provincia bastarda

Fuerte y acalambrada esta mi entrepierna,
el goce de aquella figura buscando la gota salada,
te invita a desterrar a tan añejas pinturas,
la noche cae inevitablemente como todo imperio.

Y mientras sentado en aquella banca de cemento,
contemplo la seguridad que es fundada por el miedo,
limpias en la madrugada del vómito de hace unos cuántos minutos,
Soberbias lamentaciones tras la celda de la semana anterior.

Tolerancia para algunos,
brandy para otros,
y un señor tirado en el prado,
Oliendo a tabaco y a bebida fermentada.

Así es la provincia llena de gestas y traiciones,
una envidia de las muertas,
bien lo sabe Ibargüengoitia,
que cada amanecer toca siniestramente a cuévano.

Vienes a tocar el frío de una plaza,
ignota a tu naturaleza pervertida por la costumbre.
muñecas de trapo con olor a aguardiente,
Vendiéndose en los portales de herencia bastarda.

Déjame seguir leyendo textos de otros tiempos,
junto a una taza de olor de otras tierras,
más o menos pervertidas no lo sé,
Bésame ahora mientras hay calor en mí.

Goyette Dos Gallos.