Volviendo a la piedra
Piel quemada por un cielo jactante,
de lirios acaramelados en cordones,
que separan a la madre de su lactante,
en bohemia encendida a salpicones.
Los huesos crujen bajo el agua,
cuando las enredaderas sesean
su grave canto sobre Padua,
besos amantes que parpadean.
Nunca serán suficientes las plazas,
que cuenten con un vaso de vino
ni el platillo fino junto a las lanzas,
teniendo de noche un cojín mullido.
Goyette Dos Gallos
de lirios acaramelados en cordones,
que separan a la madre de su lactante,
en bohemia encendida a salpicones.
Los huesos crujen bajo el agua,
cuando las enredaderas sesean
su grave canto sobre Padua,
besos amantes que parpadean.
Nunca serán suficientes las plazas,
que cuenten con un vaso de vino
ni el platillo fino junto a las lanzas,
teniendo de noche un cojín mullido.
Goyette Dos Gallos