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Cet obscur objet du désir



La noche me arrancó,
el mármol de las manos
y la luna me humedeció
de poesía y arcanos.


En derroche las promesas se han extinguido,
nuestras palabras, (huido)
de reproche nuestras voces, (languidecido)
temerosas yacen en el olvido.


Espero el perdón labial
posado sobre mi piel,
un bálsamo venial
de amor demencial.


Goyette Dos Gallos

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Una plegaria fecundada moriría


Soñé con maderas que al crujir se desangraban,
con una fauna grisácea que rompía a llorar,
un aire enrarecido a maldad floral,
sin atreverse si quiera mi alma a mirar.

Tuve la sensación que las nubes no se vendrían,
en la tierra que de tristeza se debatía en duelo,
una plegaria fecundada moriría,
mientras yo pisaba ese suelo.

Regurgitando lamentaciones polvorientas,
palidecían a ritmo falaz las entonaciones
que por el viento arrastradas,
maldecían a una y mil naciones.

Goyette Dos Gallos

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Bajo el pestañeo


Un sol de tarde cubriéndolo todo/se ha robado los colores dejándome ciego/para ver las lágrimas que va secando.

Al ocultarse me ha prometido volver/evaporando lo puro dentro de mí/cada tarde que le llore en devoción.

Sus manos que lo abarcan todo/hurtaron también la claridad de mi piel/dejándola en un recuerdo de papel.

Ahora hijo soy de tierra morena/con un latido que se cimbra/si la nueva conquista se libra.


Goyette Dos Gallos

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Baiana poetisa


Suave azul que cobija
tu tierra monera,
en pose sencilla
que África admira.

Baiana poetisa
que viste de noche
y enamora
vestida de mar.

Su frangancia
de herencia
Afrobrasileira
invita al ritual.

Antropóloga
con collares
de sonrisas
que son amantes.

En el gusto
apreciado
de caricias
por millares.

Como el viento
sus palabras
son notas,
que se cantan
sin amarras.

A su linaje
me quiero asir
y en espíritu
con ella morir.

La Flor de la Canela

Goyette Dos Gallos

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Emoción provincial

La chiquita piconera (1930)
Museo Julio Romero de Torres, Córdoba

La razón a la postre será tan ingenua,
que me he sacudido con emoción provincial.

Su divina gracia viene
en piel de mazapán.

Sus tijeras sujetan
mis mejillas
a besar.

Un gorrión que se posa en antena,
fingiendo un trinar,
me impide la señal.

Luz en penumbra,
irrita mi mirar,
la espera
es un titiritar.

Bosquejándote
en un jarro
que he de cargar.

Goyette Dos Gallos