Los pájaros de sangre
Los pájaros de sangre llegaron a Mont Royal,
mensajeros porteños de una rubia herida,
devastando la casa y mirándome desde una viga,
a estos les pido e imploro, que salgan de mi hogar.
Han manchado los pasillos con su canto matinal,
uno de ellos revolotea como espectro infernal,
picoteando mis palabras vencidas en el frío invernal,
me rodean palomillas impetuosas sin espíritu terrenal.
Apenas unas horas han pasado y estos han engordado,
me debilita alzar la mirada, la tengo baja y la piel morada,
con esfuerzo respiro, mi corazón se para, estoy afligido,
parecen estar satisfechos, pues este poeta ha huido.
Goyette Dos Gallos
mensajeros porteños de una rubia herida,
devastando la casa y mirándome desde una viga,
a estos les pido e imploro, que salgan de mi hogar.
Han manchado los pasillos con su canto matinal,
uno de ellos revolotea como espectro infernal,
picoteando mis palabras vencidas en el frío invernal,
me rodean palomillas impetuosas sin espíritu terrenal.
Apenas unas horas han pasado y estos han engordado,
me debilita alzar la mirada, la tengo baja y la piel morada,
con esfuerzo respiro, mi corazón se para, estoy afligido,
parecen estar satisfechos, pues este poeta ha huido.
Goyette Dos Gallos