Crowley


No tengo que beber demasiado,
para que la noche tenga hierbas,
ni decirte que el diablo se pinto de negro,
para llamar a misa de torre adentro.

No son sus alaridos, es la cobriza campana
la que te llama y levanta ,
porque no lo hicieron los ladridos de los perros,
ni el canto del gallo ahogado en sangre.

Él nació antes, ganándoles a
todos la tortura y las venas palpitantes,
jaló primero la carreta y asustó
a vuestras madres.

Se le han hecho costras los hilos
escurridizos en caída estrepitosa,
que no llegaron a su espeso pecho
donde brilla la cruz tormentosa.

Le faltan los querubines,
la sotana, la mujer entregada,
más muerte y mentiras
para oficiar por la mañana.

Goyette Dos Gallos

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1 comentarios:

UMA dijo...

Usted, Goyette, juega amorosamente con mis sentidos y sentires.
Yo lo miro, azul, sobre los eternos vencidos y lo hago parte de una raza de la cual solo lo conozco a usted.
Cuidese.
Le dejo mi abrazo y todo mi afecto