Ojos de Almendra

Como no conversar de tarde con una ciruela podrida,
si oigo pestañear el sueño en almohada mordida,
dándole alcance a la estampa de mujer ofendida,
que va por la calle con espada y Kufiya sanando su herida.

La lucha está ahí donde nace palestina,
soportando la cruenta matanza intestina.
Encontrando la muerte a pie de una mina,
es un nuevo horizonte que el odio difumina.

Con el cabello rizado y los labios apretados,
va todo el pueblo de manos y pies atados,
pero sus mirada fijas son,
de hombres y mujeres ya liberados.

De piel tostada
y ojos de almendra,
pelearemos desde
aquí hasta Argelia.

Goyette Dos Gallos

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3 comentarios:

Carlos Gregorio dijo...

Este poema tiene gran importancia y significado para mi corazón,
las imágenes podían ser muchas, pero consideré que esos ojos
de los que hablo tienen un gran magnetismo, no por pertenecer
tan solo a una persona, sino a todo un pueblo, un latido y pensamiento.

Los ojos de almendra, son los más hermosos que puede haber,
simplemente te fundes con ellos, su calma aunada a bellos labios
que se aprietan con dulzura, no tienen una representación propia
en grafito, acuarela o imagen captada con luz, y en el tono del poema
así como lo establece la tradición en el Islam, los artistas no se ocupan
de los aspectos externos de la creación, sino lo interno, lo que es esencial.

Busco únicamente rendir homenaje a ese espíritu indómito que lucha
su vida entera por libertad, tierra y paz.

Pau dijo...

lindo tu que me escuchas y me entiendes

gracias por todo

quiero dejar de llorar y poder descansar...

te quiero mucho

un beso

Anónimo dijo...

Es cierto que los ojos almendrados (caprichos de caramelo, los llamaba yo, cuando tenía una musa con ellos) poseen una atracción indómita llena de paz y dulzura, y el asociarlos con la libertad, la tierra y la paz, con un pueblo, es enormemente bello por cuanto tiene de poético.

Impresionante.

Un abrazo, hermano.