Cacahuates salados



Hay que drogarse con letras,
vomitar todo el vino,
caminar en Toledo,
burlarse de la sangre,
llorar a los anarquistas,
e incendiar nuestras
plazas.


Lustremos las botas
a escupitajos de
gaseosa de cola,
aceitemos esas bragas,
y limpiemos el pene,
de suspiros y madrugadas.


Paguemos barato,
por la nueva puta
de la esquina del templo,
y engrasemos la noche
de cacahuates salados.



Goyette

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2 comentarios:

Catriela Soleri dijo...

magnifique!

Julia Martín dijo...

Nos vemos mañana. ¡Arriba los escupitajos!