¿Qué queda?

¿Qué queda de tu mirada?

De tus labios rozando mi cuerpo,

de tus ganas en uñas pintadas,

y la grosería vociferada a mi espalda.

 

¿Qué queda de la gloria en la cama?

De ese reflejo como pijama,

de ese rostro de niña amortajada,

y de tu boca en saliva agotada.

 

¿Qué queda de la embestida a arcadas?

Y de mis manos estampadas en tus nalgas,

de mi hombría extensa siendo una lanza,

y de ti recibiendo aquella estocada.

 

Goyette

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2 comentarios:

Sugar Kane dijo...

Es como la cuarta vez que lo leo, me encanta.
Fresas para ti Goyo

Carlos Gregorio dijo...

Bienvenida cuántas veces quieras.

Un abrazo.