La mancha azul


Sangre y disparos un veintiséis de julio de un lejano cincuenta y tres,
exilio que conduce a una fría noche en la gran Tenochtitlán,
con sabor a plática de política internacional.

Días tormentosos a bordo de aquella vieja embarcación,
la realidad se haría presente en el desembarco, pocos hombres y menos fúsiles.

Sobreviviendo a un ciclón, bombardeos continuos,
asedio de tropas Batistianas, la marcha nocturna que mata.

Descanso sobre inundadas zonas de injusticia,
bebiendo la sucia agua del pantano, y si queda algo,
comiendo quizá dos veces por semana.

Reflejo de gente exhausta y hambrienta, cruzando ríos desbordados
y canales convertidos en raudales llenos de furia,
sólo los levanta y anima una visión.

Una mancha azul al occidente, un macizo montañoso de "Las villas",
es la nueva promesa para los guerrilleros heroicos de la próxima etapa revolucionaria.

Goyette Dos Gallos

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Carlos !

É muito bom ler suas palavras, sou suspeita para falar, não? Um beijão

Gabriela Monroy Calva dijo...

Este poema me gustó mucho.
Un abrazo
Gabriela