Fleur de lis


Eres tanta mujer que no me alcanzaba la vista,
el escucharte me es una suave llovizna eterna,
Tus labios el cálido misterio de la futura procreación de
nuestras lejanas manos fundidas en dolor colectivo y personal.

Notas nunca tocadas sobre la tierra dura del ayer;
francés americano que hace llorar a la guitarra
de placer y deseos, bombos desconocidos del sur.

Luz mía que entras en la penumbra pletórica de mi exilio,
nombre santo y eterno de la madre de millones acompañado por
guerrero águila o jaguar de una trilogía que me hizo vibrar.
Abro un cofre en la ambigua luna de aquí, un amor que vuela.

Sentado en la mesa de mis raíces te prepare la bebida
en el jardín de la flor de lis, génesis de lo que somos.
Mestizo de sangre te cubriré con el viejo encanto de nuestro origen,
mujer mía, hombre tuyo seré, acéptame o explotaré.

Goyette Dos Gallos

btemplates

1 comentarios:

Scarlett Freyre dijo...

muy chido.