El legado de Éfeso


La luz no es sol, ni el agua manantial,
buscando la trama de un deseo gutural,
cayéndole el granulado hilo menstrual,
lo recuerda encima como un animal.

Filosóficamente permanece en el lecho,
ahogando la atmósfera de fluido y ardiente deseo,
pesándole los pechos y cigarrillo entre los dedos,
acaneladas piernas talladas, al jónico legado de Éfeso.

De sus frutos se come sin mesura,
pero junto a ella una serpiente,
que la acecha y le muerde su blancura,
le ha prometido hacerla suya.

Goyette Dos Gallos

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada anda bien Goyette, nada... leerte es un buen antídoto y el sentirte cerca, un consuelo.

hermoso escrito, vibrante, contradictorio, fuerte, húmedo, pasional, tentador y peligroso.

Unknown dijo...

Y lo que veo no aparenta, no lo descifro... sólo alimento para esta tarde una reacción soluble en luz tenue.



Un saludo.
Hasta luego.

Anónimo dijo...

Goyette, dejé algo para usted en mi blog

un beso.