Abanico de ceguera


Con estas quemaduras,
de sensible y genuino ardor,
te beso desde las alturas,
sellando una carta, para ti, amor.

En tristes alaridos de locura,
inundo mis oscuras cuencas,
en las cruces de tu dulzura,
clamando piedad en Las Ventas.

Aún sin ojos y manos,
he de pintarte en versos,
sin ataduras y por un sin fin de años,
teniendo por guía, sólo tus besos.

Goyette Dos Gallos

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5 comentarios:

UMA dijo...

Nadie duda que puedas prescindir de ojos y manos, ser un autèntico orfebre de imàgenes y sentires es tu don.
Un abrazo, Goyette

Jaivo dijo...

Son esos besos los que dan luz y guian,
Me encanto, sobretodo esta parte;
Aún sin ojos y manos,
he de pintarte en versos.

SaLUDOS Goyo. Jaivo

Anónimo dijo...

Bela poesia,
boas palavras.
=]

Anónimo dijo...

No son tus besos, ni es la luz, ni tus ojos, ni tus manos, es el hecho de saberte ahí y aún sin poder verte ni tocarte, me lleno de tí. Ni siquiera te lo imaginas Goyette...

un beso

Shaparrita dijo...

Hola que tal?

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Besos!!