Reventar las flores de pueblo oprimido,
nunca jamás vivir con miedo temido,
esposado en una banca por orden del juez,
tremendo circo de medios es una idiotez,
nos retienen, en un burlesco confesional
sea en Las Ventas, o en la Audiencia Nacional.
Donde sea, todos sublevados,
contra la represión,
es lucha que se habla
desde Lima hasta Navarra
en euskera, quechua o maorí,
es una marcha de hermanos.
A jirones podremos arrastrar esperanza,
hondear la ikurriña, sentirnos vascos,
todos alzar el hacha a ultranza,
con el sol reflejado en nuestros cascos.
Miles de bombas, una en cada hombre,
expectantes en el pecho a combatir,
escuchando a los halcones latir
desde el cielo a Euskadi dan nombre.
Goyette Dos Gallos